La Organización Internacional del Trabajo (OIT) celebra todos los 28 de abril el Día Mundial de la Seguridad y la Salud en el Trabajo. Este año 2018, el Día Mundial de la Seguridad y la Salud en el Trabajo y el Día Mundial contra el Trabajo Infantil se unen en una campaña conjunta para mejorar la seguridad y la salud de los trabajadores jóvenes y erradicar el trabajo infantil.
Según datos de la OIT, actualmente, el 15% de la fuerza de trabajo mundial son trabajadores de entre 15 y 24 años, 541 millones de jóvenes. La tasa de lesiones profesionales no mortales que sufren es un 40% mayor que la de los trabajadores mayores de 24 años. La cifra de niños de entre 5 y 7 años en situación de trabajo infantil es de 152 millones de los que el 48% (73 millones de niños/as) realizan trabajos considerados peligrosos, ya sean por las condiciones en las que se están llevando a cabo o por la propia naturaleza del trabajo que desarrollan.
Este año, coincidiendo con el Día Mundial de la Seguridad y la Salud en el Trabajo, la OIT ha publicado un informe titulado “Mejorar la seguridad y salud de los trabajadores jóvenes”, cuyo objetivo es promover un debate a nivel mundial con la finalidad de conseguir una generación segura y saludable.
Este informe analiza los factores que inciden en el aumento de los riesgos relacionados con el trabajo que corren los trabajadores jóvenes y describe las medidas legales, políticas y prácticas que pueden adoptarse para introducir mejoras.
Hay que ser conscientes que los trabajadores menores de edad, niños y jóvenes, son especialmente sensibles a los riesgos que nos encontramos en los lugares de trabajo. Estos no tienen la capacidad ni experiencia de los adultos para valorar los riesgos a los que están expuestos, sumándole que al estar en etapa de desarrollo tanto físico como psicológico son más vulnerables a los peligros que se enfrentan.
Entre otros factores que ponen a los jóvenes en gran peligro podemos citar el carecer de cualificaciones y formación, el desconocimiento de las obligaciones de su empleador así como sus propios derechos y el carecer de confianza para expresarse cuando surge un problema.
Conseguir una “Generación Segura y Saludable”, en la que consigamos bajar la siniestralidad laboral, las enfermedades profesionales y no tener a niños/as realizando trabajos peligrosos, requiere el esfuerzo y compromiso de todos, actualizar y desarrollar leyes, políticas que permitan proteger mejor la seguridad y salud de los trabajadores jóvenes.